Momentos literales

Òscar Andreu, humorista y escritor. Publicada el 10/01/2014

Es tan real como que está escrito. Es que no te sé decir, hay cosas que están cerca de la realidad y otras que no tanto. Estoy muy satisfecho de hacer de funambulista entre la realidad y la ficción. El barrio tiene una importancia brutal, como supongo que le pasa a todo el mundo. A medida que juegas y coges las piezas para reconstruir el barrio – y vas dejando huecos, porque un escritor debe respetar al lector y debe dejar huecos, la cuestión es como colocar los huecos – vas viendo que es real. Es tan real como que está escrito. Muchas veces me parecen más reales las cosas escritas que las cosas tangibles. He sentido más realidad y me he sentido más conectado con determinados versos y capítulos de algunos autores que con cualquier reunión o entrega de premios. La entrega de premios me ha parecido una puesta en escena tan real, un teatro con tantas máscaras, que me parecía completamente irreal. En cambio leyendo un poema de Valente o Ángel González he sentido un pellizco de realidad y un rayo que no he sentido en otras situaciones. Así que no gestiono muy bien el tema de la realidad y la ficción. Creo que necesitaré un segundo libro para explicar esto.

Sergi Belbel, dramaturgo. Publicada el 31/10/2013

Sí, yo siempre creo que en el acto de la creación hay un punto de soberbia, juegas a ser dios, tienes ganas de meterte dentro del misterio de la creación. Tiene que haber un punto de inconsciencia, o de vanidad. Después puedes ser la persona más humilde del mundo, pero en el momento de la creación… Realmente, ¿quién soy yo para decirte a ti qué debes hacer con tu vida? Pero claro, yo debo creerme que tengo una facultad, que realmente puedo hacer ese tipo de cosas. El hecho de escribir para el teatro da un punto de humildad, ya que no eres el único. Vienen unos actores que se hacen suya la obra, un director que la interpreta… Deja de ser tuya.

Jordi Sierra i Fabra, escritor. Publicada el 23/012014

Yo duermo 8 horas al día, escribo 8 y vivo 8. Cuando hago un libro me pongo música a toda pastilla, escribo, canto, río… En casa tengo unos 30.000 discos. Es un trabajo muy solitario. Ahora vengo de una playa. Que tú dirás: joder, qué tío, al Caribe en enero. Pues he estado solo, encerrado y trabajando. Porque aquí no puedo pensar, tengo entrevistas, reuniones y mil historias. Siempre me voy a algún sitio a estar solo y pensar. Ni internet ni pollas, y tampoco periódicos ni televisión. A trabajar, a pensar. De mayo a septiembre no viajo nunca, me encierro en Vallirana – en una casa que tengo en la montaña – y hago un libro detrás de otro, tengo una disciplina brutal. Yo vivo igual en mi mundo que en el de los libros, siempre estoy con la parabólica activada si cojo el periódico de hoy, de un solo periódico te puedo sacar tres novelas. Mi mundo es una mezcla de realidad y ficción. Si cojo el periódico y veo que ha pasado algo en Camerún, pues me voy a Camerún.

Jordi Galceran, dramaturgo. Publicada el 29/10/2014

Cada autor te contaría un proceso distinto, pero lo importante es llegar al final, cada uno por su camino. Yo empiezo a escribir. Cuando tengo que tengo una idea que creo que puede funcionar, empiezo ya con el diálogo. Muchas veces en la página 20 veo que aquello no da para una obra de teatro, y lo dejo. Lo más difícil de este oficio es encontrar una buena idea, dedico el 80% de mi tiempo a pensar sobre qué puedo escribir. Después el hecho de escribir es más rápido, más de oficio. Es un misterio. Yo leo periódicos, miro películas, leo obras de teatro… A veces, sumas cosas de aquí y de allí, las unes y se conectan… La creatividad tiene mucho que ver con encontrar puntos de contacto entre cosas que parecen muy lejanas. Hay un juego buenísimo que es una caja en la que van saliendo dibujos, y cada dibujo que te sale tienes un elemento más para ir construyendo una historia. Pues la creatividad es esto, encontrar la conexión entre coas que en principio no estaban conectadas. Con el humor también funciona de forma similar, lo que nos hace reír es la sorpresa, la cosa inesperada. Me dejo llevar por el azar. Eso también proviene del juego, y es muy importante. Cuando empiezo a escribir no sé adonde voy, dejo que la historia me sorprenda. Si me aburro, busco un giro dramático. Es como en el juego, si de golpe haces una apuesta arriesgada puedes ganar o perder, pero seguro que algo pasará. Yo busco textos sorprendentes, que también han sido sorprendentes para mí mientras los escribía.

Jaume Subirana, antólogo poético. Publicada el 02/06/2015

Contra lo que dice el tópico, la poesía está mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos, y la gente, en momentos importantes de su vida (enamoramiento, nacimiento, boda, muerte), a pesar de no ser lectores de poesía, cuando quieren decir cosas importantes con palabras bien dichas recurre a ella. Y creo que es la mejor manera de reivindicar el género, resaltar esta idea de que nos gusta la poesía para los momentos importantes de nuestras vidas. Es una manera de hacer correr estos poemas (los hay mejores y peores, como en todas partes), buscar los mejores y juntarlos.

Jordi Casanovas, dramaturgo. Publicada el 18/06/2015

Siempre que escribo intento ir descubriendo cosas de los personajes y las situaciones a medida que avanzo. Tengo pocas cosas premeditadas, pero sí reescribo mucho, y tengo que descubrir por qué escribí esta frase o aquélla. Lo que era muy importante en la estructura de IDIOTA, y su motor, son los enigmas que hay. El hecho de poner a prueba un personaje de manera constante con enigmas y que vayan progresando con dificultad es muy importante. Además, el público puede jugar al enigma, hay algunos que son muy fáciles y el público encuentra difíciles y viceversa, algunos donde el personaje se atasca y el público ha encontrado la solución fácilmente. Entonces vas alternando, y el público se encuentra en situación de superioridad o de debilidad dependiendo del momento. Este juego sí ha sido deliberado, y he ido tensando la cuerda. El público es el tercer personaje y no dejo de ser yo, algunos de estos enigmas les he tenido que buscar y yo no les hubiera sabido resolver.

Andreu Martín, escritor. Publicada el 20/03/2015

Mi niñez tiene anécdotas que pueden ilustrar el hecho de que yo estaba encarrilado hacia el lugar donde he ido. Antes de eso te diría que más que la fascinación por los bajos fondos (que suena ampuloso) te hablaría de la pasión por la transgresión. Cuando escribimos el atraco perfecto, el asesinato perfecto o nos identificamos con el malo, estamos haciendo un poco de transgresión. Mi mujer, que es psicóloga, cuando le preguntan si no le da miedo vivir con un tío que se pasa el día tramando asesinatos, coartadas y formas de hacer desaparecer cadáveres, siempre responde que le parece bien que lo escriba, porque así no lo hago.

Jenn Díaz, escritora. Publicada el 20/11/2015

En mi caso, ni he vivido guerras, ni soy huérfana ni tengo grandes dramas. Tampoco he viajado, porqué  escribir significa tirar adelante con poco dinero. O sea, que no he vivido nada que parezca muy apasionante para ser novela, ni de la chunga de antes ni de la buena de ahora. Pero a mí me interesa la cotidianidad, los conflictos familiares y el día a día. En situaciones dramáticas esto se acentúa, pero el simple hecho de ver crecer a un niño ya me parece muy interesante. Y para eso es necesario viajar ni vivir guerras. A mí me interesa la psicología de los personajes, y para esto sólo es necesario estar atento. Da igual el contexto porque la mente humana es tan compleja que no es necesario añadirle muchas cosas más.

Paco Camarasa, librero. Publicada el 1/09/2015

Hemos recibido muchos mensajes de muchos lugares y muy diversos. Estamos un poco decepcionados, el problema de ventas hace que no llegues bien a fin de mes pero vaya, como tanta gente, nosotros nunca hemos sido mileuristas. Nadie abre una librería para hacerse rico, a menos que pongas una cadena. La Casa del Libro es de Planeta, luego está El Corte Inglés, FNAC y Abacus, que ya no es una cooperativa sino una multinacional. Siempre hay dos maneras de verlo, por otro lado también estamos contentos. Nosotros hemos procurado ser los mejores libreros posibles, hemos cumplido nuestra parte, y hemos intentado tratar bien al cliente y hacer que se sienta a gusto. El futuro de las librerías pasa por convencer a la gente que no se vota sólo el día 27 de septiembre. Con los actos de consumo votamos cada día, siempre. En Barcelona cada vez hay menos afluencia a los mercados porque todos compramos en el súper. Y el mercado es un lugar de intercambio, no sólo un lugar de consumo. En el supermercado no hay ningún tipo de interacción. Las librerías están pensadas para los ciudadanos, no para los consumidores.

Laura Huerga, editora. Publicada el 29/09/2016

Nosotros lo que queremos es acercar literatura en otras lenguas (preferiblemente no anglosajona) y darla en catalán a nuestros lectores. No buscamos seguir un hilo literario concreto, ni por países ni por estilos. Queremos literatura que provoque e interpele. Y Svetlana era perfecta, representa al completo lo que queremos. ¡Además, después nos gana el Nobel! Pues perfecto, esto nos da credibilidad a nosotros, publicar un Nobel te pone en el escaparate, eso está claro. Para mí es un orgullo, porque el Nobel de Svetlana me ha permitido publicar ahora una trilogía de un africano, Ngugi wa Thiong'o (¡seguro que lo he pronunciado mal!). Es una autobiografía en tres volúmenes de su vida en Kenia marcada, como en todos los países africanos, por el colonialismo.

Martí Sales, escritor. Publicada el 15/09/2016

Empiezo a escribir muy joven —no muy joven, muy pequeñito—, debía ser entre los 20 y los 25 cuando empecé a escribir los poemas del primer libro. Leyendo mucho, investigando mucho, con colegas que también leían y escribían mucho (éramos la cuadrilla de Eduard Escoffet, Josep Pedrals y Gerard Altaió), y recuerdo que todo era una especie de combate. Cada uno con sus curiosidades y cruzadas acabamos elaborando este pensamiento, que tampoco es nuevo. Hay mucha peña que se toma la escritura de esta manera. Veíamos que la forma que teníamos de trabajar y nuestras influencias eran un proceso muy consciente. No era aquello terapéutico de escribir [cambia el tono de voz para ridiculizar] porque me siento mal y con la escritura superaré esto porque es la expresión de mis sentimientos más profundos. No. Para nosotros la escritura tiene que ver con un proceso de trabajo e investigación que conecta con los surrealistas, con corrientes actuales y con el pensamiento y la ciencia. La escritura como campo de batalla, no como lugar de expresión sino como un continente.

Iolanda Batallé, editora. Publicada el 21/05/2016

De esta máquina que no para, lo que representa el Sant Jordi este sábado, somos corresponsables todos. Todos. El problema es que hay algunas personas que creen que están por encima del bien y del mal, que ellos lo hacen todo de puta madre. Si los lectores del mundo nos uniéramos y no nos lo tragáramos y no compráramos algunas mierdas que publican algunas editoriales, si saliéramos todos a comprar Si esto es un hombre de Primo Levi, los editores deberían hacer otra cosa. Pero la gente no sale a la calle buscando comprar Primo Levi, a la gente le sacan el tenista de turno, la escaladora o el pastelero (con todo el respeto por los tenistas, los escaladores y los pasteleros), y venga a comprar, a leer sus vidas. Está muy bien, pero esto no es literatura ni es lo que para mí debería ser una editorial. Dicho esto, todas las personas que hay aquí fuera [señala a las oficinas de fuera el despacho] y yo misma tenemos que cobrar un sueldo a fin de mes. Y como la gente no sale a gritos a comprar Primo Levi ni Svetlana Aleksiévitx, una editorial que no vive de herencias debe encontrar un equilibrio.

Vicenç Pagès, escritor 10/06/2016

La función de la crítica... [hace un silencio largo mientras piensa] Es un texto argumentativo, del género de la opinión. Una persona hace un texto a partir de un hecho concreto (un disco, una obra de teatro, un libro) que debe tener una mínima calidad literaria, porque quien no sabe hacer un texto periodístico difícilmente podrá juzgar un texto literario. No demuestra nada, y eso debe quedar claro. Un texto argumentativo debe argumentar, pero nunca podrá demostrar nada. Tiene muchos tonos diferentes y puede ser académica, desgarradora, divertida, petulante... Es uno de los pocos recursos que hay para compensar el mercado. Actualmente, para juzgar la calidad de una obra se utiliza mucho el mercado: "ya llevan 5 ediciones, se han vendido más de 50.000 ejemplares...". Esto parece un argumento irrefutable. Es sólido, pero no irrefutable, así que tú puedes escribir un texto argumentativo y persuasivo que vaya hacia otro lado. La crítica es sana, orientativa.

Roc Casagran, escritor. Publicada el 10/06/2016

Los autores que vivimos en el año 2016 y enel mundo contemporáneo, retratamos lo que hay en la calle cuando hablamos de la realidad. Cuando terminé mi novela vi que Manuel de Pedrolo había escrito una que se llamaba Un amor fuera ciudad que retrataba la vida de los homosexuales en Barcelona los años 60' y él está haciendo un retrato de aquella época. Ahora no nos sirve como retrato contemporáneo, pero sí como retrato histórico. Y los que nos dedicamos al mundo de la cultura creo que nos toca retratar lo que tenemos a nuestro alrededor para dejar constancia. Es normal que los autores que no vivimos encerrados en una torre de marfil y nos socializamos de manera normal retratemos lo que vemos.

Dolors Miquel, poeta. Publicada el 20/05/2017

Yo pienso que es mucho mejor no escribir libros. Porque no supone ningún sufrimiento. Entonces sí que es un trabajo escribir. Cuando la gente dice que escribir es un trabajo yo digo “Sí, para la gente que vive de esto...”. A ver, que también está muy bien escribir. Como las películas de domingo por la tarde que te entretienen y ya está. Pero después no las recuerdas nunca más. No te han tocado, no te han hecho vibrar. Está bien también este tipo de literatura. Para mí, eso sí que es un trabajo, pero el resto... Yo pienso que el arte no sale de la felicidad. Es que es de lógica, si tú estás bien y lleno, ¿qué quieres hacer? Eres como Dios. Dios descansa. Dios no escribe (ríe).

Francesc Serés, escritor. Publicada el 08/11/2016

Y una solución buena es trabajar por proyectos, pensar de qué puedes hablar mejor que nadie. Primero piensas qué no puedes hacer, las partes de la literatura donde yo nunca llegaré, en mi caso la poesía es uno de esos espacios: soy horroroso. O en las distancias largas, también me muevo mal, la media distancia de 30 páginas es la mía. Y me encuentro cómodo hablando con la gente. Quizás dicen: Serés no tiene imaginación. ¡Pues puede ser! No pasa nada, yo intento hacer algo que no esté hecho para competir con otras ramas del saber, y de la misma manera que la ciencia no busca dos veces la teoría de la relatividad, tampoco tendría sentido que yo ahora me pusiera a hacer (con todas los respetos para los que lo hacen) una novela sentimental sobre la Guerra Civil Española. ¿Por qué? ¡Si hay 300! Además, no escribiré nada mejor que Incierta Gloria. No haré un libro mejor que este, no he vivido esta guerra, no tiene sentido. Seguramente, esta es la parte más complicada de la literatura.

 

Edición: Oriol Soler

Fotografías: Adrià Calvo, Albert Gomis y Marc Saludes

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